Terapia Humanista Integrativa
Siento mucho no poder ofreceros con palabras lo que yo hago en terapia, pero como entiendo que si has llegado hasta aquí en tu búsqueda necesitas orientación, voy a intentar expresarlo desde el corazón porque ese es mi lenguaje y la célula madre de mi terapia. Llevo 30 años acompañando en el dolor de la gente que ha sufrido pérdidas, traumas o situaciones que a lo largo de los años le han llevado a la desesperanza, y puedo asegurar que el 90% de la sanación llega de mano del acompañamiento desde el corazón, acogiendo y permitiendo sacar el dolor con amor incondicional. Dos cerebros conectados y sintonizados para poder dar el permiso a uno del ellos de liberar miedo, tristeza, rabia, culpa, desbloquear estas emociones o sacar situaciones a la conciencia que al desconocerlas le limitan en su desarrollo personal, profesional o de pareja, o simplemente no le permiten vivir el presente porque revivían constantemente un pasado sin darse cuenta. De alguna manera, al descargar las cargas emocionales, las creencias y emociones dolorosas, se libera energía que se transforma hacia una visión más elevada de uno mismo y la vida. El sistema deja de estar orientado hacia la supervivencia y la protección y puede dirigirse hacia el desarrollo, el crecimiento y algunas veces al despertar espiritual.
Soy psicoterapeuta humanista integrativa y en ella se incluye una formación específica en análisis transaccional, (análisis del guión de vida autolimitante), gestión de emociones profundas, duelo y crecimiento personal, todo ello entretejido desde el cariño y respecto incondicional.
Desde el entorno seguro, confianza y alianza terapéutica se busca trabajar en tres niveles, un nivel conductual, un nivel de pensamiento y un nivel emocional, dirigiendo al cambio necesario para que al final de la terapia haya un equilibrio y coherencia entre ellos que derive en una sanación y crecimiento personal. Tomando un ejemplo sencillo; si yo pienso que “no soy importante”, voy a encaminar mi conducta a demostrarle al mundo que no lo soy y además me voy a sentir inferior a los demás. Ir desgranando desde estos tres niveles toda la conducta del paciente hará que entienda sus emociones y pueda cambiar su forma de dirigirse al mundo y conocer de donde vienen esas creencias que le hacen comportarse de esa manera desadaptativa. Comprenderá su forma de relacionarse consigo mismo y con los demás.
Se trabaja con toda la historia del paciente, la actual y la de su infancia dentro del contexto familiar y su relación con el entorno.
Ayudo a conocer ese “Yo interior” o ” Yo Adulto” (desde el análisis transaccional) que surge de la descontaminación de patrones adoptados en el curso del aprendizaje y patrones de experiencia que confunden nuestra identidad con el personaje que fuimos construyendo dependiendo de la calidad de esas experiencias y aprendizajes. El trabajo de curación es un trabajo hacia el despertar de la conciencia y búsqueda del verdadero yo que todos somos, más allá de las experiencias que hayamos tenido, cómo las hayamos vivido e interpretado.
Las técnicas que uso son diversas, siendo las mas destacadas las técnicas proyectivas que permiten trabajar el problema desde la objetividad, y técnicas regresivas en imaginacíon que nos enfrentan directamente con las situaciones dolorosas y nos dan la oportunidad de reconstruirlas.
Es una terapia experiencial donde el cuerpo y la expresión de emociones está muy presente. Llegar al origen de los síntomas, haciendo una regresión a las situaciones del pasado, permite hacer consciente lo inconsciente y descubrir de donde viene este malestar físico o emocional para poder controlarlo y hacer que desaparezca. Hacer consciente lo inconsciente elimina los síntomas, sean cuales sean, porque tú puedes manejarlos y tomar la decisión de que ya no limiten tu vida. Ahora el control lo tienes tu, no ellos.
Otras veces uso la terapia EMDR para tratar ansiedad o traumas, pero es un recurso que solo uso cuando veo que a la persona le puede beneficiar mas esta terapia que el reprocesamiento del trama o situaciones ansiosas desde la expresión de emociones y el acompañamiento.
Yo creo que todos los recursos que necesitamos para afrontar la vida están en nuestro interior. Pero en personas que han tenido historias muy dolorosas el cerebro se ha quedado trabado en un sistema de supervivencia, anticipando amenazas más allá del contexto en el que ocurrió el peligro, y así no puede colocarse en el modo de reparación, cura, procesamiento e integración. La terapia desde la vertiente humanista crea el clima necesario para que esto sea posible.